Naia del Castillo.
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Naia del Castillo es, sin duda, una artista con un prometedor futuro. Lo avala su presencia en exposiciones colectivas recientes, tanto nacionales como internacionales, o sus muestras individuales en diversas galerías de arte españolas. ARTIUM incorporó a su colección permanente en el año 2003 la pieza Seductor, Esta adquisición marcó un punto de partida que ha culminado con esta su primera exposición individual en un museo y que reúne el trabajo realizado durante los últimos cuatro años.
Es innegable que la mirada de Naia del Castillo es especial, Cuando se detiene ante algo que acapara su atención -objetos cotidianos, actitudes- es capaz de transformarlo, de otorgarle un significado distinto, de conferirle una vida nueva. Lo más banal en sus manos se puede convertir en un atractivo y sugerente fetiche. Más escultora que fotógrafa, el germen de su trabajo lo constituyen los objetos-escultura, que realiza de manera meticulosa y muy pausada, y que después fotografía dotándolos de una interesante carga narrativa. Esto se advierte en Atrapados y Sobre la seducción, series en las que analiza, por un lado, la relación femenina con el entorno doméstico y, por otro, los rituales y códigos de la seducción,
Situaciones imposibles, lecturas ambiguas, objetos que se transforman, animales que se metamorfosean... son recursos habituales de un lenguaje que le relacionan directamente con el Surrealismo, Además, consigue recrear con acierto una atmósfera intimista y sutil para insinuar, provocar y seducir al espectador. Un espectador que, por otra parte, no quedará impasible ni defraudado ante su obra.
Por último, quisiera agradecer el interesante texto de Victoria Combalía, primera crítica de arte que se fijó en Naia del Castillo, en el que aporta un análisis muy revelador de su obra, así como a la Fundación Ordoñez Falcón, de San Sebastián, y a las galerías Bilkin, de Bilbao, y des Angels, de Barcelona, por los préstamos que nos han hecho.
Es innegable que la mirada de Naia del Castillo es especial, Cuando se detiene ante algo que acapara su atención -objetos cotidianos, actitudes- es capaz de transformarlo, de otorgarle un significado distinto, de conferirle una vida nueva. Lo más banal en sus manos se puede convertir en un atractivo y sugerente fetiche. Más escultora que fotógrafa, el germen de su trabajo lo constituyen los objetos-escultura, que realiza de manera meticulosa y muy pausada, y que después fotografía dotándolos de una interesante carga narrativa. Esto se advierte en Atrapados y Sobre la seducción, series en las que analiza, por un lado, la relación femenina con el entorno doméstico y, por otro, los rituales y códigos de la seducción,
Situaciones imposibles, lecturas ambiguas, objetos que se transforman, animales que se metamorfosean... son recursos habituales de un lenguaje que le relacionan directamente con el Surrealismo, Además, consigue recrear con acierto una atmósfera intimista y sutil para insinuar, provocar y seducir al espectador. Un espectador que, por otra parte, no quedará impasible ni defraudado ante su obra.
Por último, quisiera agradecer el interesante texto de Victoria Combalía, primera crítica de arte que se fijó en Naia del Castillo, en el que aporta un análisis muy revelador de su obra, así como a la Fundación Ordoñez Falcón, de San Sebastián, y a las galerías Bilkin, de Bilbao, y des Angels, de Barcelona, por los préstamos que nos han hecho.
JAVIER GONZÁLS DE DURAMA
Naia del Castillo.
Museo Artium, 2004.
Naia del Castillo.
Museo Artium, 2004.