/ Anestesia



La obra de Naia del Castillo se ha centrado en la exploración de las condiciones de representatividad que acarrea un individuo en relación con otros. Para ello ha empleado una estructura reversible que vincula y desplaza a partes iguales escultura, fotografía y acción, proponiendo la puesta en juego de un intercambio ininterrumpido entre cuerpo, imagen y representación.

Desde una perspectiva antropológica las imágenes se han utilizado para procesos dinámicos de transmisión en los que se transforman y cambian los significados. En la actualidad, esos espacios de consenso y autoridad que eran sinónimos de cultura no ocupan ya un lugar fijo; por lo que el sujeto ha dejado de estar vinculado a un lugar común. En un mundo hiperconectado, el cuerpo se ha hiperextendido convirtiéndose en un compendio de datos que se hace público muy lejos de donde uno se encuentra. Datos que también saturan nuestro espacio interior de percepción, haciéndonos sentir que cualquier práctica de agenciamiento queda abolida. Somos seres anestesiados, insensibles. Y, sin embargo, tenemos los nervios sobreactivados, Vivimos en un lugar en el que naturalmente no se vive, pero en el que uno ha de reaccionar rápidamente y protegerse de posibles amenazas, porque cualquier acto local se extiende rápidamente.

Anestesia presenta un nuevo grupo de obras más experimentales e intuitivas, que intervienen desde reacciones fisiológicas y neurológicas. La propuesta de uso de los recursos reproductivos sirve para insistir en una lógica procesual que permite reestructurar diferentes estados de gestación, producción y serialización. Las obras son, a partes iguales, recintos de carne e información que se retuercen, reabsorben, autocontienen, implosionan, explosionan, alertan o están en silencio, remitiendo al aislamiento y al deseo de autodeterminación para ser en un espacio fluido y compartido.  

Naia del Castillo's work has focused on exploring the conditions of representativeness that an individual carries in relation to others. For this, she has used a reversible structure that links and displaces sculpture, photography, and action in equal parts, proposing the implementation of an uninterrupted Exchange between body, image and representation.

From an anthropological perspective, images have been used for dynamic transmission processes in which meanings are transformed and changed. Currently, those spaces of consensus and authority that were synonymous with culture no longer occupy a fixed place; so, the subject has ceased to be linked to a common place. In a hyperconnected world, the body has become hyperextended, becoming a compendium of data that is made public far from where one is. Data that also saturate our interior space of perception, making us feel that any agency practice is abolished. We are anesthetized, insensitive beings. And yet, our nerves are overactive. We live in a place where you don't naturally live, but where you must react quickly and protect yourself from possible threats, because any local act spreads quickly.

Anesthesia presents a new group of more experimental and intuitive works, which intervene from physiological and neurological reactions. The proposal for the use of reproductive resources serves to insist on a processual logic that allows restructuring different states of gestation, production, and serialization. The works are, in equal parts, enclosures of meat and information that twist, reabsorb, self-contain, implode, explode, alert, or remain silent, referring to isolation and the desire for self-determination to be in a flowing and shared space.
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